‘Llaman a la puerta’ (Knock at the Cabin, 2023) es la esperada nueva película de M. Night Shyamalan, el que fuera idolatrado genio del cine fantástico, quien, tras una etapa oscura llena de bodrios y proyectos petulantes, ha resucitado utilizando una estrategia de cine comprimido en cápsulas de concepto, con poco presupuesto y buen hacer, logrando convencer de nuevo con obras como ‘Múltiple’ o ‘Glass’, bajo la tutela de Blumhouse.

El director consiguió reponerse y para sus nuevos proyectos alcanzó la independencia de Blum, y esta es ya la segunda de una asociación de tres thrillers para Universal Pictures a través de Blinding Edge Pictures. La primera fue ‘Tiempo’, estrenada en 2021, y ahora es la adaptación de una novela de 2018 escrita por el autor de terror Paul G. Tremblay llamada ‘La cabaña del fin del mundo’, que le valió al escritor su segundo premio Bram Stoker, siendo la primera de sus historias que llega a la pantalla, aunque el director se desmarca un poco del material de origen.

Shyamalan tiene una tendencia a ser un hombre orquesta, escribiendo, produciendo y dirigiendo sus propias películas y en ‘Llaman a la puerta’ no ha sido diferente, adaptando el guion del material original para hacerlo menos asfixiante y ligeramente más optimista, con modificaciones que se adaptan mejor a su obra. Aquí la trama sigue a la pareja formada por Andrew y Eric, y a su joven hija adoptiva dentro de una cabaña en el bosque, a la que se acerca un hombre que se presenta a sí mismo como Leonard a la hija, mientras ella está recogiendo bichos sola.

La cabaña en el fin del mundo

El hombre le revela a la niña que está desconsolado por algo que él y sus amigos tienen que hacer, en ese momento otras tres personas emergen del bosque y, tras hablar con Andrew y Eric a través de las puertas cerradas de la cabaña, los cuatro extraños entran por la fuerza a la casa diciendo que tienen un "trabajo muy importante que hacer", que podría ser el más importante "en la historia del mundo", obligándoles a tomar una decisión y, si no lo hacen, habrá consecuencias que van más allá del destino de los presentes.

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‘Llaman a la puerta’ es del tipo de película que cuanto menos se sepa de ella mejor, puesto que su mayor baza es la forma en la que va desplegando su misterio y desarrolla sus revelaciones. El rasgo a tener en cuenta para los amantes del cine de Shyamalan es que continúa con su tendencia a incorporar la religión en algunas de sus historias, jugando aquí, como en ‘Señales’, en donde el personaje principal es un sacerdote católico que lucha con sus creencias después de la muerte de su esposa, con la idea de lo que puede ser posible o no, el debate de la fe en otro lapso de tiempo distinto.

También tenemos a una familia aislada en una zona rural y unos elementos externos que la atacan, proponiéndose como un home invasion que hasta cierto punto se parece a ‘Nosotros’, con la que tiene más en común por la inspiración en ‘The Twilight Zone’ que por su elemento fantástico. Como en ‘Tiempo’, aquí el director de ‘El incidente’ nos propone lo que podría ser un episodio de la serie de Rod Serling, con personajes misteriosos que invitan a otros a tomar decisiones críticas que implican aspectos éticos derivados del dilema del tranvía.

Un thriller blandito pero bien planteado

El problema es que con 110 minutos de duración, la historia pide algo más de complejidad, un guion más detallado o una exploración más apasionante de la mitología que plantea, y sin embargo, su disposición al minimalismo genera una caligrafía clara pero carente de sorpresa, se toma más tiempo de la cuenta en entrar y salir de fases que ya conocemos, más que por un clasicismo eficiente por un afán de sostener una tensión muy artificial y artificiosa, carente de más garra que la curiosidad.

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Esto hace que el tempo vaya en el filo de la apatía, pese a que siempre consigue moverse hacia adelante, aunque una vez conocemos las reglas, el factor sorpresa es mínimo y resulta un poco predecible, en un tiempo en el que hemos visto una gran cantidad de obras parecidas. Es más, cierta película española muy pequeña, dos años anterior al libro de Tremblay, guarda unos parecidos de punto de partida demasiado sospechosos, solo que aquella era mucho más oscura, tragicómica, atrevida y valiente. Con todo, es imposible no admirar el arrojo de Shyamalan para rodar obras pequeñas con mirada a lo grande.

Su puesta en escena es impoluta, muestra un gran control de cada detalle, buenos actores y una gran, gran fotografía de Jarin Blaschke y Lowell A. Meyer. ‘Llaman a la puerta’ es cine postpandémico camuflado, con un mensaje ingenuo pero en el fondo cálido y bienintencionado, cuyo mayor pecado es no querer ir un poco más allá y mostrar cómo un director, demasiado convencido en las bondades de los engranajes del cine comercial, se pone la careta de thriller de concepto sin abandonar sus lugares seguros, incluso dentro de una calificación R que parece querer quedarse en el contorno del cine para niños de 12 años.

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La noticia 'Llaman a la puerta': efectivo home invasion con giros, revelaciones y un Shyamalan minimalista que cumple sin arriesgar fue publicada originalmente en Espinof por Jorge Loser .