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Reinventarse bajo el modelo Netflix y programar actividades diferentes en cines de barrio. El drama de las salas en la era del streaming merece su propio biopic


Reinventarse bajo el modelo Netflix y programar actividades diferentes en cines de barrio. El drama de las salas en la era del streaming merece su propio biopic

Tres días de entradas de cine a 2,90 euros —un precio que pasó a ser luego de 3,50€— podían bastar hace una década para revolucionar las salas de cine en España cada tres meses llenando una y otra sesión por la inercia de la novedad. La que en poco tiempo se convirtió en la popular Fiesta del cine llegó, de hecho, a reunir a más de 2,5 millones de espectadores en su convocatoria de octubre de 2016, según los datos de uno de los organizadores, la Federación de Distribuidores Cinematográficos (FEDICINE). De esa cifra de asistencia a la que se registró en la última edición, en octubre de 2022, se ha perdido la mitad de público.

Por norma, los datos hablan de un público cada vez más alejado de la sala oscura: solo una cuarta parte de la población, el 27,7 % para ser exactos, de acuerdo con la cifra que se aporta en la Encuesta de hábitos y prácticas culturas 2021-2022, que confecciona el Ministerio de Cultura y Deporte, fue al cine en el periodo de la muestra que recoge este estudio, con una media de 2,3 visionados en el último trimestre, menos de una vez al mes.

Este es el escenario en el que empiezan a moverse fichas desde la industria, teniendo en cuenta además que entre medias un confinamiento domiciliario ha alejado a quienes se acercaban a los cines y que los servicios que ofrecen las plataformas de streaming se antojan más a la mano, aun cuando crece el número de opciones en las que ver, aparte de series, películas desde el sofá de casa.

El reto mayúsculo de tratar de corregir esa diferencia que se ha esfumado en las salas ahora requiere de una mayor originalidad y de pensar en otros incentivos que puedan atraer al público durante toda la temporada. Así, empiezan a desplegarse ante los espectadores cines más locales con una programación que va más allá de ver simplemente una película o nuevas estrategias de los cines multisalas presentes en toda España, como la que Cinesa quiere implantar con una tarifa plana de suscripción para acceder a "cine sin límites".

El caso de los Cines Embajadores

En el distrito de Arganzuela de Madrid, concretamente en un punto en el que confluyen los barrios de Acacias, Palos de Moguer, Chopera y Delicias, desde hace casi tres años, en pleno verano de medidas de desescalada del covid-19, abrió sus puertas Cines Embajadores, unas salas que abren Miguel Ángel Pérez y su socio César Clemente, según cuenta Fernando Lobo, responsable de comunicación y programación de estos cines. El equipo viene de trabajar en la distribuidora Surtsey Films, que sigue en activo, para ramificar su negocio y aliviar un tanto la frustración que puede generar el tener como distribuidora "una racha de pelis consecutivas que no funcionen bien o en las que los cines no confíen".

Belfast

"La salida bonita era crear un cine de barrio, volver con los cines a los barrios", explica Lobo sobre el nacimiento del proyecto, cuya apertura tuvo que aplazarse en un principio al coincidir en el tiempo con el confinamiento domiciliario. "Luego ya empezó la desescalada y de todos los escenarios precovid que manejábamos, el cine superó las expectativas desde el principio", apunta el responsable de comunicación del equipo de cines Embajadores.

Este cine de barrio, tres salas de 200 butacas en plena calle Embajadores, ya ha superado las expectativas y se hará más grande este 2023 con unos cines que se llamarán Cines Embajadores Río, que también estarán ubicados en el distrito de Arganzuela, y el salto a otra ciudad, Oviedo concretamente, para abrir los Cines Embajadores Foncalada ante la ausencia de salas en el caso urbano de la zona desde que hace 15 años, en febrero de 2007, echasen el cierre los Cines Brooklyn. Oviedo sí que cuenta con un cine multisalas, el Cine Yelmo Los Prados, más alejado del puro centro de la ciudad ovetense.

"La idea de expandirnos era una salida natural al volumen de público que estábamos teniendo", cuenta Fernando Lobo al ser preguntado por este nuevo proyecto, que tendrá salas un poco más grandes a las del local inicial, de 130, 68 y 65 butacas, pero "conservando la misma línea, estilo y magia". Lobo defiende además que de esta forma van a seguir "enriqueciendo el barrio al poder ofrecer más películas y mantener mejor la cartelera que hasta ahora. Al final, en un cine de tres salas no puedes tener durante semanas consecutivas las mismas pelis aunque estén llenando porque si no al público inquieto, que le guste ir todas las semanas al cine o varias veces al mes al cine, no le ofreces nada nuevo, ¿no?".

Asimismo, se plantean la opción de abrirse a películas un tanto más comerciales, es decir, a los grandes "blockbusters", al contar con una sala y una pantalla un poco más grande. Sin embargo, para Cines Embajadores la clave de su éxito en la zona de Arganzuela se puede explicar con los factores de cercanía y el hecho de diferenciarse con respecto a otras salas al proyectar muchas de las películas acompañadas de coloquios y programar actividades diferentes.

"Evidentemente somos un cine muy distinto de lo que puede ser un cine multinacional", señala Lobo en un principio, haciendo hincapié no solo en el tipo de salas que cuenta el cine sino también en el hecho de que exhiben en versión original. "Tenemos el deber, como personas que han abierto un cine de barrio, de no quedarnos solo ahí, de no ser solo un cine, sino de formar parte de la red de espacios culturales que ofrece tanto la ciudad de Madrid como el distrito de Arganzuela e intentar convertir el cine en algo más que un cine. Y la forma que tenemos para hacer eso es plantear muchas actividades que tengan que ver con el cine, pero que no se limiten solo al hecho de venir y ver una película", añade.

De ahí, el que sostenga también que las iniciativas culturales suman valor cuando se apuesta por seguir recuperando coloquios de cine, sobre todo en lo que se refiere al cine español, o se organizan sesiones con charlas con especialistas de una temática concreta para dar un mayor contexto en películas, como es el caso de 'Blue Jean' (premiada en el Festival de Sevilla), que cuenta cómo la sección 28, una enmienda del Gobierno de Margaret Thatcher, prohibió desde finales de los 80 la "promoción" y la enseñanza de la aceptabilidad de la homosexualidad, condenando al ostracismo a gays y lesbianas.

Sumado a esas actividades, en el mes de febrero de este año Embajadores también ha empezado a organizar una sesión de Cine a Ciegas al mes, una propuesta que, según cuenta Fernando Lobo, ya hacían los Cines Lys Valencia, por ejemplo. "Tanto mis compis como yo lo habíamos tenido en la cabeza desde el principio. Nos hacía gracia y nos preguntábamos si había gente que le gustase tanto el cine como estar dispuesta a pagar una entrada de cine sin saber lo que va a ver", concreta acerca de cómo surgió la idea de sumar esta propuesta a su programación. "Cuando pusimos la [primera] sesión a la venta y, en cuestión de horas, estaba media sala llena dijimos: Madre mía, resulta que sí que hay gente que simplemente lo que le gusta es el cine y que se va a dejar sorprender", agrega Lobo.

Lo que Fernando Lobo describe también como un ejercicio de "confianza" del público para con Cines Embajadores tuvo incluso su hueco en algunos medios de comunicación, demostrando el alcance que puede tener una actividad diferente entre los espectadores. "En la primera sesión hicimos un preestreno de 'El triángulo de la tristeza', que hay gente a la que no le gusta porque en cierto momento es muy escatológica", explica el responsable de comunicación y programación, "pero yo creo que también es una película que representa todo lo que queremos hacer en cines Embajadores, así que nos pareció una buena manera de iniciarla. Es divertida, tiene su parte irónica y satírica, tiene unos diálogos muy buenos, es cine europeo de calidad e independiente, y tiene ese contexto social de lucha de clases y cambios de roles de poder que nos parecía muy interesante".

Para la segunda sesión, añade, buscaban "sorprender" y no sumar otro preestreno, así al estar programada para el lunes 13 de abril, un día después de la gala de los Oscar, pensaron en una película ganadora del premio que otorga la Academia de Hollywood. "Pensamos en poner 'The Artist' y, como hacemos la sesión de cine con piano en directo, montamos un miniconcierto para que en determinados momentos de la película sonase una viola, un piano y un clarinete. Y al final le fuimos dando forma y yo creo que quedó súper bonito", cuenta al respecto. La actividad, ya sin ser a ciegas, se repetirá el próximo 14 de abril; mientras que el lunes siguiente, día 17, se organizará la tercera sesión mensual de Cine a Ciegas en estas salas.

Reinventarse con tarifa plana y una suscripción a lo plataforma

En ese mismo contexto de intentar ofrecer algo más llamativo o del gusto del espectador, el gran exhibidor Cinesa, que cuenta con 38 cines y más de 450 salas en España, anunció una "unlimited card", sistema de suscripción a lo Netflix, que funcionará a partir de este mes de abril a modo de tarifa plana con la que el usuario podrá ver películas de forma ilimitada cada mes por 15,90 euros si elige ir a las salas estándar del grupo, o por 18,90 euros si lo contrata incluyendo las salas Luxe, según se puede leer en su página web. Además, la tarifa plana de Cinesa incluye invitaciones para pases especiales o un precio "especial" a la hora de comprar un menú clásico.

Roma

Por su parte, el grupo Kinépolis, aunque no ha anunciado nada todavía oficialmente al no haber ni rastro de una propuesta similar en su página web, también tantea la posibilidad de implantar una suscripción mensual con domiciliación bancaria como "un nuevo concepto para los amantes del cine". En su caso, incluiría una entrada gratuita al mes para una película de elección propia pagando un precio de 7,50 euros mensualmente y con un descuento del 10% en compras en tienda de pillar palomitas, bebida o dulces, entre otros productos. Cines LYS respondía a la propuesta de Kinépolis con este mensaje:

¿Un pulso a las plataformas de streaming?

Los cines con multisalas en España empiezan a acercarse a los usuarios para ofrecerles algo distinto al modelo tradicional, yendo más allá de la tarjeta de socio con ciertos beneficios, e intentando perseguir una nueva forma de consumo para transformar lo que ahora es una visita puntual a los cines en una manera de ver películas en pantalla grande de manera recurrente.

"Están teniendo una publicidad y una difusión en medios que también es buena para la industria del cine porque cuanta más gente vaya al cine, mejor", da su opinión Fernando Lobo al ser preguntado por el anuncio de la tarifa plana de Cinesa. "No solo a cines como Embajadores, Renoir, Verdi o a otros cines de barrio; sino que a mí, como miembro de la industria, me parece que si todas estas cosas pueden conseguir que vaya más gente al cine, estaremos encantados", opina a su vez.

Evidentemente estas cadenas tienen muchos cines en España y son las primeras interesadas en que la asistencia a los cines crezca", manifiesta también el responsable de comunicación de los Cines Embajadores, compartiendo sus reservas sobre la iniciativa de Cinesa, que a título personal le parece también un "acto de publicidad". "Ya es interesante que en todos los medios de comunicación esté saliendo y se esté hablando de asistencia a salas, que es un problema que hay desde el covid-19. Aunque haya brotes verdes y esté subiendo, aún queda un poco de camino por recorrer para volver a la situación previa", añade en este sentido.

Erase Una Vez en Hollywood

"Con el confinamiento ha habido un segundo emerger de las plataformas, pero al final tiene que llegar un momento en el que se desacelere porque cada vez hay más. Llegará un momento en el que el usuario no pueda tener ocho o nueve plataformas, porque la gente tiene destinada una parte de su nómina a ocio y no te puedes estar dejando 100 euros al mes", explica también relacionando la menor asistencia al cine con el auge de las plataformas.

Y, en resumen, concluye que "hay que luchar para que la gente siga viniendo al cine", ya sea un cine de barrio o una sala de un gran exhibidor, a la par que las plataformas sigan teniendo su espacio con series y películas de producción propia. Aun así, lo que da el cine "no te lo puede proporcionar ni una plataforma ni tu casa por muy guay que sea tu casa, salvo que seas multimillonario y tengas un cine en tu propia casa. Y ni siquiera vas a tener gente con la que compartir esa experiencia", concluye Fernando Lobo, refiriéndose a esa emoción, risas, miedo y otros sentimientos que se pueden despertar en un cine.

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La noticia Reinventarse bajo el modelo Netflix y programar actividades diferentes en cines de barrio. El drama de las salas en la era del streaming merece su propio biopic fue publicada originalmente en Espinof por Sandra S. Guerra .

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