Tener una condición física buena es muy importante en los hombres y mujeres, pero cuando las ultimas llegan a la etapa del embarazo, mantener esa condición debe ser especial ya que ésta la prepara para aumentar la resistencia y el vigor que necesitará a la hora del parto.
El tener una rutina de ejercicios moderados ayuda a fortalecer los músculos que se van a necesitar, como son los del abdomen, la pelvis y los glúteos, además que esta actividad ayuda a mejorar la postura y alivia la tensión en la espalda, así como los calambres en las piernas. También se aumenta el nivel de oxigenación en la sangre, ayudando con esto a su bebé.
Si el embarazo se desarrolla normalmente, la próxima mamá puede continuar practicando los mismos deportes o ejercicios que hacía antes de quedar embarazada, siempre y cuando reduzca el ritmo y deje de hacerlo si se le presenta algún dolor, náusea, o mareo.
La practica del ejercicio físico además de mejorar la condición cardiovascular, evita el excesivo aumento de peso, ya que ayuda a reducir los kilos de más que se ganan en el embarazo.
Entre los grandes beneficios del ejercicio se encuentran la disminución de las molestias digestivas y el estreñimiento; aumenta el bienestar psicológico haciendo que se reduzca la ansiedad, el insomnio y reduciendo las posibilidades de una depresión.
Hay que aclarar que el ejercicio físico debe ser individual y estar sometida a controles de su medico de cabecera, ya que éste conocerá el desarrollo de su embarazo y le hará las recomendaciones necesarias para tener un final feliz.
El ejercicio que se hace durante el embarazo debe ser sólo como condicionamiento, evitando la intensidad elevada o entrar a competencias así como los aumentos bruscos de la cantidad de ejercicio.
Si por algún motivo se llega a hacer ejercicio intenso, no debe realizarse por más de 15 minutos y debe ser en un lugar fresco, para evitar que la mamá corra el riesgo de deshidratación e hipertermia (aumento de la temperatura).
Como en cada deporte, cuando la próxima mamá empiece a hacer ejercicio, debe tener un calentamiento previo, así como un enfriamiento al final del ejercicio aproximadamente entre cinco y diez minutos. Acompáñalos de estiramientos y relajación.
Lo que hay que evitar en los ejercicios que se realiza durante el embarazo son los deportes de contacto, los saltos, choques o contragolpes; los ejercicios de equilibrio deben evitarse ya que se corre el riesgo de caídas o traumatismo abdominal, así como los cambios bruscos de posición ya que causan mareos y caídas.
Usa ropa y calzado deportivo adecuado y cómodo y de preferencia hazlo sobre superficies adecuadas para que no corras el riego de resbalarte. Las mejores son aquellas que reducen el impacto de la pisada: suelos de madera, alfombras, colchonetas etc. Bebe líquido y come de una forma suficiente y adecuada.
Durante el 1º trimestre de embarazo, aquellas mujeres que hacen ejercicio normalmente, suelen estar en condiciones de continuar haciéndolo con pequeñas modificaciones. Siempre hacerlo evitando el cansancio.
Una vez que llegues al 2º y 3º trimestre, es recomendable buscar actividades con las que trabajes con la flexibilidad, fuerza muscular, buscando la musculatura de la pelvis, y ejercicios de respiración que ayudaran a mejorar el oxigeno en la sangre.
Entre todos los deportes que son más recomendables son la marcha, la natación y el ciclismo, siempre procurando realizarlos en terrenos regulares, evitando los rocosos, ya que éstos pueden provocarte una caída, sin mencionar la superficie en donde cae el cuerpo.
Estos ejercicios los puedes realizar hasta bien avanzado el embarazo, aunque conviene que dejes de practicar la natación en las últimas 6 semanas por el riesgo de infecciones que hay en las albercas.
Recuerda que cada ejercicio que emprendas debes realizarlo siempre bajo supervisión médica, para que tú y tu bebé puedan tener un final feliz al término de los nueve meses que está en tu vientre.