Aquellas propuestas que han llegado tarde a la ya de por sí moribunda escena de los NFT son tristes en su intento desesperado por monetizar. Luego del desastre en el Primer Mundo, hay quien piensa que los países en desarrollo pueden ser tierra fértil para salirse con la suya, ya lo vimos con equipos de futbol en México, pero esta vez se ha cruzado un límite que involucra a generaciones para quienes un pequeño disco significaba mucho.