Cuando Jim Ryan dijo ante la Autoridad de Comercio y Mercados de Reino Unido (CMA) que la pérdida de Call of Duty provocaría un daño grave a su desarrollo de exclusivos, se considero una exageración y una postura lamentable. Sin embargo, el jefe de PlayStation subió la apuesta al cambiar el discurso y decir que la existencia de la marca de Sony depende del FPS de Activision. La declaración es tema en la industria y hay quien ya lo critica con fiereza, como David Jaffe.
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