La compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft se presentó en el momento más complicado para la compañía de Call of Duty debido a las denuncias por violencia y acoso laboral. Durante todo este tiempo, el enemigo público del gaming ha sido Bobby Kotick, polémico director general, y ahora que la fusión está cerca de cerrarse algunos se preguntan si seguirá al mando y hasta cuándo podría dejarlo.