Tanto los videojuegos, como cualquier otra actividad cuya realización se prolongue demasiado, pueden comprometer la salud de las personas. Sin embargo, existe la posibilidad de someterse a sesiones de alta exigencia bajo condiciones específicas y con la preparación adecuada para cumplir con un objetivo y esto fue lo que hizo un streamer, quien rompió un récord luego de jugar y transmitir por más de 500 horas, aunque no continuas.