El año pasado, Nintendo enfrentó una situación de hardware importante luego de que se confirmara que una cantidad importante de controles Joy-Con de Switch presentaban problemas luego de cierto tiempo de uso, lo que con el tiempo se conoció como el Joy-Con drift. Aunque la compañía respondió de forma adecuada, facilitando la reparación gratuita, un grupo de usuarios decidió emprender acciones legales y tal parece que el asunto va en serio.