Luego de saber que el núcleo del sistema de juego de Death Stranding era repartir paquetes a lo largo de territorios desolados de unos Estados Unidos alternos, las bromas no se hicieron esperar, que comparaban la labor de Sam Porter Bridges con las de repartidores a domicilio. Sin embargo, este año probaría por casualidad que Kojima tenía una visión no muy errada de lo que pasaría en un mundo desconectado, lo que lo hizo hacer, junto con Kojima Productions una representación anticipada y casual del futuro. Para aumentar la similitud entre el mundo de Death Stranding y el de la realidad basta con ver que los repartidores pronto podrían usar exoesqueletos para mejorar sus capacidades de carga.