La escena de los videojuegos de carreras da cuenta de un camino hacia la especialización, sobre todo desde que se dio ese cambio del estilo Arcade (que jamás es sinónimo de fácil, hay que precisar) a la simulación, tratando de apelar a la mayor cantidad de detalles posible y a físicas realistas que en ocasiones sorprenden y en otras dejan algunas dudas pues parecen no decidirse entre ambos estilos. Dentro de esta escena, Codemasters, compañía inglesa, ha buscado posicionarse como una opción que busca brindar juegos de ambos estilos en un mundo dominado por Forza y Gran Turismo y una de sus mayores apuestas reside en su acuerdo con la Formula 1, máxima categoría del automovilismo, que en su edición 2020 parece alcanzar un nivel que promete para los años por venir.