Llegas a casa después de un día de trabajo, te sientas a ver televisión y en lo que haces tiempo para cenar, como que no queriendo te terminas un paquete de galletas o papas. Vas al cine, pasas por la dulcería y compras el combo más grande de palomitas, le agregas extra de mantequilla junto con tu refresco, el cual es light por aquello de cuidar el peso, y pides unas pasas con chocolate, unos nachos o un hotdog para acompañar. Saltar el desayuno es algo usual en ti, pero como sabes que tu cuerpo necesita alimentarse al menos tres veces al día, buscas en la maquinita de la oficina un paquete de galletas y una taza de café. Cocinar no es lo tuyo, además de que no tienes tiempo o llegas cansada a casa de trabajar, así que al menos una o dos comidas al día, las haces fuera de casa o las pides por teléfono.
Estas escenas nos son familiares, porque son muy comunes hoy en día. Y si a esto agregamos la falta de ejercicio y una vida predominantemente sedentaria, estamos creando la fórmula perfecta para problemas de salud como lo son la obesidad, problemas cardiacos, diabetes, problemas en la vesícula, entre otros. El mantener una alimentación sana y cuidar lo que comemos no sólo sirve para cuidar nuestro peso, nos sirve principalmente para evitar problemas de salud.
¿Cómo como?
Si bien no es necesario una dieta rigurosa para comer sanamente, si lo es saber elegir que alimentos debemos consumir en mayor o menor medida, que alimentos evitar y que alimentos nos benefician más. Mucho hemos escuchado que los alimentos ricos en fibra ayudan a la digestión, que el pescado es más saludable que la carne roja, que se recomiendan incluir vegetales en la alimentación diaria, así como evitar aquellos alimentos con alto contenido de grasas, preferir preparar las carnes a la parrilla en lugar de freírlas o empanizarlas, pero esto es sólo una parte del proceso que es la alimentación.
Una dieta balanceada debe cubrir todos los grupos alimenticios, además de ser estructurada de acuerdo a las necesidades del individuo. Es decir, si tu eres una persona muy activa, tu dieta debe incluir alimentos que te proporcionen la energía y los nutrientes que necesitas. Si por el contrario, pasas mucho tiempo sentado y haces poco ejercicio, tu plan de alimentación debe hacer énfasis en alimentos fáciles de digerir, así como evitar aquellos que sólo te ayuden a almacenar grasa.
Hay que tener cuidado a la hora de establecer un plan de alimentación, porque la mayoría desconocemos muchas de las propiedades exactas de los grupos alimenticios, es decir, saber alimentarse adecuadamente no es algo innato, es un proceso de aprendizaje que se inicia desde la casa, ya que heredamos de nuestros padres muchos de nuestros hábitos alimenticios, buenos y malos. Ahora bien, tampoco hay que confundir el comer demasiado y a sus horas sea sinónimo de una dieta balanceada. Para no caer en errores o ausencias en nuestra dieta, lo ideal es consultar a un especialista, él cual creará un plan de alimentación a TU MEDIDA. Es importante recalcar esto, ya que no se trata solamente de seguir una dieta para perder peso o mantenerlo, sino para darle al cuerpo los requerimientos que necesita para funcionar adecuadamente.
Tu salud es lo más importante, no juegues con ella, no es lo mismo decir que vas a dejar de comer golosinas o consumir con menos frecuencia refrescos o comidas rápidas, que hacer todo un plan de alimentación. Recuerda que es un proceso de aprendizaje, nadie nace sabiendo, así que acércate con un especialista en el tema, comenta tus dudas, pregunta por alternativas, pide información. No te dejes llevar por dietas que veas en la televisión o en revistas, recuerda que cada cuerpo es único, por lo que son únicos sus necesidades y requerimientos, los cuales son determinados en su mayoría por la edad, peso, género, estatura, enfermedades, estilo de vida, actividad diaria, y otras más.
