En 1717, el misionero franciscano Fray Antonio Margil de Jesús fundo Boca de Leones una escuala, la primera que hubo en el lugar y luego se dedicó a visitar varios pueblos del Nuevo Reyno ejerciendo su ministerio. Fray Antonio era originario de Valencia, España, y sus constantes viajes por Anáhuac y Centro América, desde Costa Rica hasta la propia provincia de Texas, predicando a los indios, a la par sufriendo humildemente todos los rigores de su labor le conquistaron una merecida celebridad. Murió en México en el año de 1726.